La peluquería es una profesión que requiere dedicación y esfuerzo pero también es una afición, una pasión. Para mí trabajar en peluquería supone trabajar en lo que realmente me gusta. Desde siempre tuve claro que la peluquería era mi opción de futuro, mi salida profesional. Por eso, cuando acabé la secundaria, decidí formarme como Estilista y para ello busqué una academia que me ofreciera tres cosas: conocimientos técnicos, poder practicar en clientas y una salida laboral.
Eduardo Macera acababa de abrir sus puertas como centro de formación pero contaban con la experiencia en el sector de sus peluquerías, por lo que me pareció una opción perfecta para lo que yo estaba buscando. Estudié con ellos el grado de estilista y al acabar me ofrecieron la posibilidad de trabajar con ellos en su peluquería. No lo dudé, era una gran oportunidad para mi carrera profesional. Del centro de formación quiero destacar la profesionalidad de las profesoras y el trato humano que ofrecen a los alumnos, y el hecho de que la formación que te dan es muy práctica, por lo que salimos del centro preparadas para ejercer el oficio.
El sector de la peluquería es muy dinámico y cambiante, por lo que es un oficio donde me puedo divertir y disfrutar el día a día de mi trabajo, y esto lo consigo gracias a una formación continua en nuevas técnicas, estilos y productos que mi empresa me sigue ofreciendo.